¿Sabes que es la diabetes? ¿Qué aspectos psicológicos se le asocian? ¿Es necesaria una intervención psicológica?

La diabetes es una enfermedad crónica caracterizada por una alteración del metabolismo de la glucosa. Esta alteración está originada a partir de una actividad deficiente de la insulina.

La diabetes es una de las primeras causas de muerte en nuestro país. Además, aproximadamente un millón y medio de personas están sin diagnosticar; y casi la mitad de los diagnosticados no sigue un control adecuado de la enfermedad.

Los efectos de no controlar la hiperglucemia (aumento de azúcar en sangre) son que con el tiempo daña gravemente muchos órganos, nervios y vasos sanguíneos. Así mismo, una diabetes mal tratada puede provocar otras enfermedades como cáncer; enfermedades cardiovasculares; afecciones oculares que pueden provocar ceguera; problemas de riñón; etc.

Dispositivos para la diabetes

Principales tipos de diabetes

Existen dos tipos de diabetes:

  • Diabetes tipo 1 o insulino-dependiente. Se inicia, usualmente, en la infancia. Requiere la administración diaria de insulina ya que el organismo no la genera. Se desconoce su causa aún. Su sintomatología habitual se caracteriza por hambre constante; sed excesiva; excesiva orina; pérdida de peso; problemas visuales y cansancio.
  • Diabetes tipo 2 o no insulino-dependiente. De inicio en la vida adulta. Son la mayoría de los casos. No requiere necesariamente la administración de insulina. Las principales causas por las que aparece son el peso corporal excesivo y la inactividad física. En general, la sintomatología es la misma que n la diabetes tipo 1; sin embargo, la sintomatología suele ser menos intensa.

¿Cómo afecta en nuestra vida diaria?

Es ilógico pensar que la diabetes no va a afectar a la calidad de vida de quienes la padecen. De hecho, aparecen síntomas que afectan al funcionamiento diario: malestar en el estómago; cansancio; picazón; infecciones frecuentes en la piel, encías o vejiga; etc.

La vida de las personas afectadas se ve alterada ya que tiene que realizar diferentes cambios en su rutina diaria ya que el régimen médico así lo impone. Se realizan cambios en la alimentación, restringiendo ciertos alimentos; deben realizar más ejercicio físico o empezar a hacerlo; deben controlar diariamente los niveles de glucosa en sangre y realizarse analíticas y controles médicos de manera periódica.

Asimismo, pueden aparecer problemas sexuales; emociones negativas como la preocupación, la tristeza o la angustia, entre otras; aparece la incertidumbre sobre posibles complicaciones futuras; o, incluso el miedo a las hipoglucemias. De hecho, la propia diabetes puede ser un estresor y favorecer la descompensación de la glucosa.

Aspectos psicológicos de la diabetes

Los aspectos psicológicos de la diabetes han sido ignorados durante mucho tiempo. La angustia, el estrés o la depresión, son problemas psicológicos que presentan una mayor incidencia en población diabética.

No hay duda de que el padecer diabetes genera reacciones emocionales que se reflejan en todas las esfera de la vida de la persona. Además, estas reacciones emocionales pueden incidir negativamente en la adherencia al tratamiento y por tanto en el control metabólico.

Diversas investigaciones han puesto de manifiesto que algunos subgrupos de diabéticos son proclives a padecer determinados trastornos psicológicos. Es el caso de adolescentes y pacientes que llevan peor control metabólico. La depresión interfiere en el control, metabólico; lo que también ocurre con los trastornos de ansiedad. Del mismo modo, es habitual encontrar entre los adolescentes diabéticos trastornos de alimentación que repercuten de manera negativa en su salud.

Diabetes y estrés

De todos los problemas psicológicos asociados, el estrés es el que más repercusión puede tener sobre la diabetes. Es cierto que todo el mundo padece en algún momento estrés. Sin embargo, en pacientes diabéticos, el estrés puede causar una subida o bajada del azúcar, haciendo empeorar a la persona.

Cuando sentimos estrés, el corazón palpita más rápido; la presión sanguínea aumenta; los músculos se tensan; la respiración se acorta; y el cuerpo libera hormonas que actúan aumentando el azúcar en sangre.

Un poco de estrés, en general, es bueno. Sin embargo, mantenido en el tiempo, el estrés afecta directa e indirectamente a la diabetes. Puede aumentar o bajar demasiado el azúcar en sangre; comenzar a producir cetonas (sustancias químicas que se acumulan cuando el cuerpo comienza a quemar grasa para obtener energía); e, incluso, puede llevar a sentir síntomas como dolor muscular; diarrea; cansancio; respiración acelerada y dolores de cabeza. Asimismo, puede hacer que se tengan cambios en el comportamiento. Puede aumentar la irritabilidad; los síntomas de ansiedad; el enojo; o puede aumentar los síntomas de depresión o bajar el autoestima. El estrés puede llevar a las personas a comer demasiado o a destiempo y en menor cantidad; incitar a fumar; beber más alcohol; o gastar dinero en exceso. Todos estos cambios son malos para el control de la diabetes y, a su vez, causan más estrés. Cualquier cambio en el cuidado personal puede llevar a que el azúcar en sangre se salga de control.

Intervención psicológica en la diabetes

La intervención médica va a depender principalmente del tipo de diabetes que padezca el paciente. Si es una diabetes tipo 1 el foco de intervención se va a dirigir al control de los episodios hipoglucémicos y el autocontrol glucémico. Si, por el contrario, se presenta una diabetes tipo 2, la intervención se dirigirá a la pérdida de peso y el cumplimiento de los aspectos dietéticos.

Del mismo modo, la intervención psicológica presenta diferencias si nos encontramos a un paciente con diabetes insulino-dependiente o no insulino-dependiente.

En términos generales, los psicólogos ayudan a:

  • Disminuir los factores de riesgo, como la depresión y los trastornos del control de impulsos (en particular, los trastornos de la alimentación)
  • Adaptarse antes a la enfermedad y a sus consecuencias
  • Adquirir hábitos saludables: mantener la alimentación adecuada, hacer ejercicio, dejar de fumar
  • Disminuir el miedo, ansiedad, tristeza y otras emociones negativas que puedan aparecer
  • Comunicarte con la familia, pareja, amigos o compañeros de trabajo lo que pasa
  • Controlar los niveles de estrés para que no se descompensen los niveles de glucosa
  • Mejorar la calidad de vida física y emocional.

De manera más concreta, en la diabetes tipo 1, la intervención psicológica se centra principalmente en el entrenamiento en habilidades sociales y de afrontamiento de la enfermedad; así como la solución de problemas y habilidades en la resolución de conflictos; además de psicoeducación sobre la enfermedad y aprendizaje y entrenamiento en conductas de adherencia al tratamiento.

Por su parte, en la diabetes tipo 2, la intervención va dirigida a la mejora de la adherencia al tratamiento y entrenamiento en conductas para la reducción del peso.

 

Escrito por: Blanca Fernández

Psicóloga sanitaria en ACM Psicólogos

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