Cuando una persona presenta alteración de la conciencia, dificultad para distinguir entre la realidad y los sueños, y reducción de la capacidad de atención, podemos estar hablando de un síndrome confusional o delirium.
Este trastorno puede estar causado por una enfermedad médica o por el consumo de alguna sustancia (alcohol, drogas, sedantes) y, aunque puede presentarse a cualquier edad, lo más frecuente es que aparezca tras superar los 60 años.
Se trata de un problema muy incapacitante y asociado a un mayor coste sanitario. Sobre todo, cuando hablamos de personas mayores, ya que con delirium suelen necesitar más tiempo de ingreso hospitalario o de cuidados críticos, tienen mayor incidencia de demencia, desarrollan más complicaciones, suelen requerir los servicios de atención para enfermos crónicos y tienen mayor probabilidad de fallecer.
Para manejar el delirium y resolver el sufrimiento que ocasionan los síntomas psicóticos, en ACM Psicólogos podemos utilizar la terapia cognitivo conductual. Enseguida te contamos en qué consiste este síndrome y cuáles son las pautas que los psicólogos podemos utilizar para manejar el delirium.
Qué es el delirium y qué características presenta
El delirium es un trastorno neurocognitivo caracterizado por la alteración de la conciencia, reducción de la capacidad de atención, variaciones bruscas entre un estado de hipo o de hiperactividad. La persona también presenta insomnio, somnolencia diurna, alteraciones emocionales y alteraciones cognitivas que influyen de manera negativa en la capacidad para el lenguaje, la percepción y la memoria.
Su desarrollo es rápido, en menos de 6 meses, y la alteración del nivel de conciencia puede variar desde la obnubilación al coma. Los episodios de este trastorno pueden ser agudos, y durar horas incluso días, o persistentes, cuando se prolonga por semanas o meses.
Cuáles son los síntomas
Uno de los síntomas más dominante e influyente del delirium es la alteración a nivel de la conciencia que viene acompañado de alucinaciones visuales, que pueden indicar una separación parcial o total de la realidad.
Los síntomas pueden fluctuar durante el día y empeorar por la noche, pero también pueden darse periodos de ausencia de alucinaciones.
Los principales síntomas del delirium son:
Alteración de la conciencia
La persona tiene dificultad para distinguir entre la realidad y los sueño o las alteraciones perceptivas. Realiza interpretaciones erróneas y tiene ilusiones o alucinaciones sobre todo de carácter visual.
Alteraciones cognitivas
La persona con delirium sufre un deterioro de la memoria que afecta con más frecuencia a la memoria reciente, aunque también puede afectar a la memoria de hechos pasados hace mucho tiempo.
La persona también se siente desorientada tanto en el espacio como en el tiempo, y tiene alteraciones en el lenguaje, ya que puede tener dificultades para nombrar los objetos o para escribir.
Alteraciones en el comportamiento psicomotor
En este caso podemos encontrar dos extremos: que sea hiperactivo y muy inquieto o que la persona esté muy quieta y retraída. Esto a su vez conlleva alteraciones del ciclo del sueño-vigilia, lo cual se traduce en insomnio o somnolencia diurna.
Alteraciones emocionales
No podemos olvidar que la persona con delirium siente miedo y ansiedad ante lo que experimenta, lo cual le genera depresión, irritabilidad, ira, euforia y apatía.
A qué se debe la aparición de delirium
Este tipo de trastorno se produce cuando el cerebro ve afectado el proceso normal de envío y recepción de señales. Este mal funcionamiento puede ser originado por el consumo de determinados fármacos, abstinencia en el consumo de algún medicamento, condiciones médicas específicas o incluso por intoxicación de sustancias.
También puede deberse a un accidente cerebrovascular u otro tipo de trastorno médico o incluso una lesión sufrida por una caída. La desnutrición o la deshidratación, así como las cirugías que requieren anestesia pueden explicar la aparición de delirium.
En el caso del delirio que ha sido estimulado por intoxicación de sustancias, aquí se incluyen: el consumo de alucinógenos, alcohol, cocaína, cannabis, opioides, hipnóticos, ansiolíticos sedantes, entre otros. También determinadas sustancias como las pinturas y la gasolina, que son volátiles, así como el dióxido de carbono y los insecticidas también pueden ser causa de delirium.
En el caso de tratarse de un delirium generado por el consumo de medicamentos, hablamos de la ingesta de analgésicos, antiasmáticos, anticonvulsivos, anestésicos, antihistamínicos, hipertensivos, medicamentos para el Parkinson, medicamentos cardiovasculares, antimicrobianos, fármacos gastrointestinales y psicotrópicos, corticosteroides, relajantes musculares.
Consejos y pautas para manejar el delirium
Si tienes a tu cargo a una persona con delirium, conviene que sigas estos consejos esenciales:
Promueve los buenos hábitos de sueño
Para ello, conviene que le proporciones un entorno tranquilo y calmado, mantengas la iluminación interior adecuada al momento del día en el que te encuentres. Trata también de mantener una rutina diaria para procurar un mejor descanso.
Fomenta la calma y la orientación
Conviene que facilites a la persona con delirium un reloj y un calendario que le facilite la orientación. Evita que esté en un ambiente abarrotado, pero procura que estén a la vista algunos objetos familiares y preferidos que le hagan sentir a gusto. Minimiza los niveles de ruido y, sobre todo, evita las discusiones. En cambio, trata de tranquilizar y acariciar a la persona cuando sea necesario.
Evita que el problema se complique
Para evitar que el delirium se complique, hay que seguir la medicación pautada, proporcionar mucho líquido y seguir una dieta saludable. El ejercicio físico de forma regular también es una buena medida favorecer el descanso y mantener un buen estado físico general.
¿Qué opciones de tratamiento existen para el delirium?
En ACM Psicólogos podemos ayudarte mediante la terapia cognitivo conductual a resolver el sufrimiento que ocasionan los síntomas psicóticos. Para ello podemos:
- Realizar el análisis funcional del síntoma psicótico y desarrollar recursos cognitivos y conductuales que permitan mejorar la situación clínica y el funcionamiento personal de la persona con delirium.
- Trabajar y flexibilizar las creencias disfuncionales que la persona desarrolla sobre sí misma, el mundo o los demás, así como los delirios y las voces. Estas creencias se analizan desde el punto de vista empírico, lógico y funcional. Se presta especial atención al significado personal que la persona da a sus delirios y alucinaciones, así como al poder atribuido a los agentes que transmiten las voces y/o a los perseguidores.
- También podemos recurrir a las técnicas de exposición de imágenes, ya que son una buena opción terapéutica. Muchas veces, ese miedo producido por creencias delirantes es tan intenso que interfiere en la reestructuración cognitiva. Las técnicas de exposición masiva a aquellos contenidos tan temidos que expresan en los delirios y en las voces, pueden conseguir aliviar el sufrimiento emocional y facilitar la terapia cognitiva.
En ACM Psicólogos te podemos acompañar y ayudar en el manejo de la persona con delirium. Contacta con nosotros y pide ahora tu primera sesión con nuestros psicólogos especializados.
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