¿En qué consta el proceso de duelo?
¿Cuando se puede considerar un duelo patológico? Sentir emociones negativas relacionadas con la tristeza o culpabilidad, tras la pérdida de un ser querido es absolutamente normal. Comprender y aceptar la muerte es una de nuestras tareas pendientes, algo que pocas veces afrontamos con naturalidad y sí con grandes dosis de preocupación y ansiedad.
El duelo es el conjunto de reacciones emocionales, físicas y sociales que se producen por la pérdida de una persona próxima. Podemos experimentar desde un sentimiento pasajero de tristeza hasta una desolación profunda, que, en los casos más graves, puede durar años y acabar derivando en una depresión o duelo patológico. Desafortunadamente, hasta un 16 % de las personas que sufren la pérdida de un ser querido presentan síntomas relacionados con la depresión durante el año siguiente al fallecimiento, y esta cifra aumenta hasta el 85 % en el caso de las personas ancianas.
El duelo se manifiesta en forma de síntomas somáticos (pérdida de apetito, insomnio, síntomas hipocondríacos) y psicológicos (tristeza, ansiedad, pena, angustia, vacío). La intensidad de estos síntomas depende de:
- Nuestra personalidad
- Grado de apego al fallecido
- Y de las circunstancias de la pérdida.
¿Qué sentimientos podemos experimentar al pasar por un duelo?
- Shock. Esta reacción aumenta si el suceso ha surgido de improvisto. La persona no da crédito a lo ocurrido y no es consciente de la realidad.
- Negación. En este sentimiento existe una búsqueda desesperada del tiempo necesario para pensar en el futuro de manera más tranquila. Así, tomamos distancia temporal de lo que sucede y buscamos adaptarnos al suceso abrupto que ha ocurrido.
- Ira.Al no encontrar una explicación de lo ocurrido, la persona siente rabia y frustración. Es importante que durante este periodo pueda hablar abiertamente con otras personas cercanas sobre cómo se siente para rebajar esa alteración.
- Negociación. La culpa domina nuestras emociones y es habitual sentir que se han hecho muchas cosas mal y no hemos podido salvar a nuestro ser querido. Para superar esta fase es importante aceptar que no existen culpables. Y asimismo, que este tipo de acontecimientos son naturales y ocurren de forma irremediable, sin que podamos someterlos a nuestro control.
- Tristeza.En esta fase la persona ha comprendido lo ocurrido, pero siente una intensa pena y dolor. Superar este sentimiento es fundamental para seguir adelante. Por el contrario, esto no siempre es tan sencillo. Por lo que, muchas personas son incapaces de adaptarse a la pérdida de la persona. Ésto, les impide llevar una vida laboral, social y familiar normal. Es en estos casos cuando se habla de duelo patológico. Y en ese momento resulta fundamental pedir apoyo a un psicólogo especializado en depresión. Así, se evitará que el duelo desemboque en esta patología.
Criterios del duelo patológico:
- Síntomas de ansiedad: pueden ser de tipo fisiológico (sudoración, taquicardia,..), motor (inquietud) o cognitivo (preocupaciones).
- Síntomas de depresión: fatiga, apatía, anhedónia, estado de ánimo triste, irritabilidad, etc.
- Alteraciones del sueño: dificultades para conciliar el sueño. Incluso podemos soñar con el fallecido
- Sentimientos de culpa
- Miedo a la muerte o al futuro.
- Miedo al paso del tiempo.
- Sentimientos de ira y frustración
- Búsqueda constante de explicaciones
- Sensación de incomprensión y de falta de empatía en los otros
- Aislamiento social, a veces es frecuente el hecho de no tener ganas de hablar del tema.
¿Cuáles son los factores de riesgo que influyen en el duelo patológico? ¿Cuándo debemos pedir apoyo psicológico?
En los últimos años se han llevado a cabo muchas investigaciones sobre cuáles son aquellos factores de riesgo y de protección en cuanto a complicaciones en el proceso natural, lo que se conoce como duelo patológico, con el principal objetivo de ampliar el conocimiento de este fenómeno multidimensional. Algunos de los factores de riesgo identificados son los relacionados con:
- La edad del paciente
- El tipo de relación con el fallecido
- Circunstancias de la muerte
- Bajo apoyo social o duelos previos no resueltos.
Las muertes inesperadas o en circunstancias complicadas (traumáticas, suicidas, personas desaparecidas), suelen originar más dificultades en la elaboración del duelo. Los niños son especialmente vulnerables; y por ello, debe cuidarse mucho la manera en que se les transmite lo ocurrido y cómo se les ayuda posteriormente a la elaboración del duelo. La presencia de recursos de ayuda y apoyo social son fundamentales para favorecer la elaboración de la situación y disminuir su complejidad.
El proceso de duelo suele durar de 6 a 18 meses, aunque en ocasiones puede extenderse hasta 2 años. En definitiva, lo que nos ayudará a distinguir un duelo normal de un duelo patológico es la intensidad y la duración en el tiempo de los síntomas. Haciendo que la persona se vea superada por la situación e incapaz de hacer frente a su actividad diaria. En ocasiones la persona se puede ver estancada en una de las fases del duelo. Por ello, no puede avanzar en el proceso ni digerir la realidad de la pérdida.
La intervención en duelo patológico:
El profesional debe ayudar a identificar y a expresar las emociones de la persona que ha sufrido la pérdida. Se trata de orientar a la persona en la realización de ejercicios y tareas que le permitan ser consciente de las emociones que está sintiendo, pudiendo de este modo digerirlas y elaborarlas.
La intervención se complementará con componentes de activación conductual, de una búsqueda de sentido y reconstrucción de la vida del doliente. Buscando siempre una adaptación a la nueva realidad.
Si estás pasando por alguna de las situaciones que hemos mencionado anteriormente, o conoces a alguien que precise apoyo psicológico ante el duelo y/o la depresión, contacta con ACM psicólogos Madrid llamando al 647935514.
Escrito por: Alba Ortiz
Colaboradora de ACM psicólogos