¿Sabes qué es una fobia? ¿Hay algo que te de miedo?
La característica principal de las fobias específicas es el miedo intenso y persistente ante determinados objetos o situaciones. La presencia de aquello que nos da miedo provoca respuestas inmediatas de ansiedad.
Aunque la persona es consciente de que su miedo es excesivo o irracional, intenta evitar lo que teme siempre que le sea posible. Sin embargo, es posible que la persona no deba enfrentarse en su día a día a este estímulo o situación. Es el caso de personas que tienen miedo a las serpientes, por ejemplo, y viven en un entorno urbano.
Las fobias específicas son más comunes de lo que creemos, siendo más frecuentes en mujeres que en hombres. Y no es habitual que aparezcan de manera aislada. Es común, que un paciente que acuda a consulta presente más de una fobia, algún otro trastorno de ansiedad o incluso presente uso de sustancias.
Síntomas de las fobias específicas
La ansiedad no es un fenómeno unitario. Desde hace bastante tiempo se conoce que implica al menos tres componentes o sistemas de respuesta: cognitivo o subjetivo, fisiológico o somático y motor o conductual.
- Eje cognitivo: Es el componente relacionado con la propia experiencia interna. Así, el individuo puede desplegar toda una serie de creencias sobre la situación temida y sobre su capacidad para afrontarla; además de un amplio conjunto de interpretaciones subjetivas acerca de sus reacciones fisiológicas. Todo ello se puede traducir en imágenes o autoverbalizaciones de las consecuencias negativas que espera.
- Eje fisiológico: La experiencia suele acompañarse de un componente biológico. Aquí se pone en marcha todo un conjunto de respuestas fisiológicas características de un aumento de la actividad del sistema nervioso autónomo: aumento de la tasa cardiaca y respiratoria; sudoración; inhibición de la salivación; contracciones estomacales; nauseas; diarrea; o elevación de la tensión arterial. El problema en este punto es que existen importantes diferencias individuales, de forma que no existe una única medida que represente la reacción somática del miedo para todas las personas.
- Eje conductual: Corresponde a los componentes observables de la conducta. La reacción más frecuente puede ser abandonar la situación temida lo más rápidamente posible y tratar de evitarla en el futuro.
Las personas con una fobia específica difieren entre sí en el patrón de reacciones cognitivas, motoras y fisiológicas que muestran ante lo temido. Es decir, mientras que unos son capaces de soportar la situación temida, aunque con gran malestar subjetivo y fisiológico, otros se caracterizan por evitar de la situación a la que temen.
Tipos de fobias especificas
El Manual Diagnostico de Trastornos Mentales (DSM) desarrollado por la Asociación Americana de Psiquiatría, distingue cinco tipos de fobias. A saber: fobia a los animales; fobia a la sangre-heridas; fobias situacionales (ascensores, conducir, aviones, etc.); fobias ambientales (tormentas, agua, fuego); y fobia a otros estímulos (atragantarse, vomitar, contraer enfermedades, etc.).
Fobia a los animales
Consiste en miedos aislados a los animales, tales como pájaros, perros, gatos, ranas, serpientes, arañas, mariposas, abejas y avispas. Supone miedo y evitación a los animales en sí mismos y no tanto asco o miedo a la contaminación. En los fóbicos a los animales el miedo alcanza su punto máximo especialmente cuando los animales se encuentran en movimiento. Normalmente las personas temen a un tipo de animal y no a otras especies diferentes, y únicamente una minoría muestra miedo por el daño que le pueda causar el animal. En general, en la mayor parte de los casos los fóbicos temen al pánico que pueden llegar a experimentar y mostrar ante la presencia del animal, y a las consecuencias negativas que ello puede tener.
Fobia a la sangre y a las heridas
La fobia a la sangre y las heridas presenta varios rasgos distintivos únicos. El más importante de ellos radica en el conjunto de reacciones psicofisiológicas que se desencadenan. Lo más característicos es el patrón de respuesta cardiovascular que, a diferencia del resto de los fóbicos, es bifásico; es decir, en un primer momento se produce un breve y ligero aumento del ritmo cardiaco y de la presión arterial, que va seguido de una importante desaceleración vasovagal del ritmo cardiaco y de la presión arterial. Todo ello acompañado de nauseas, sudor, palidez, y en ocasiones, desmayo. En este tipo de fobia parece que la ansiedad se relaciona más con la anticipación de un posible desvanecimiento que con el estímulo fóbico.
Fobias situacionales
Estas fobias abarcan un conjunto variado de situaciones. Sin embargo, las más representativas son las fobias a los aviones, a conducir, la fobia a los lugares concurridos y las fobias a las alturas y puentes. El aspecto más distintivo es que suele presentarse tanto en solitario como formando parte del trastorno por angustia con agorafobia. Algunos autores han llegado a sugerir que las fobias específicas situacionales podrían considerarse como una forma moderada de agorafobia más que como una fobia específica.
Evolución y tratamiento
El curso natural de las fobias específicas es esencialmente crónico, hay poca fluctuación de La intensidad, y altera la calidad de vida en función del tipo de fobia.
Pocos son los fóbicos que buscan ayuda; suelen adaptar sus vidas en torno a la evitación de aquello que les da miedo. Además, evitan el tratamiento, ya que es habitual que muestren una elevada ansiedad ante la idea del contacto con lo que temen. Siendo la exposición el tratamiento más eficaz y potente, prefieren readaptar su vida que enfrentarse a la fobia.
Las técnicas de modificación de conducta constituyen la terapia de elección para estos trastornos. Tienen dos objetivos principales:
- Hacer perder al estímulo fóbico su valor ansiogeno.
- Aprender una nueva conducta que permita hacer frente a la situación de manera eficaz.
En este tipo de fobias no se aconseja de entrada ningún tratamiento con psicofármacos. Solamente en situaciones excepcionales puede aplicarse para una mejor y más fácil aplicación del tratamiento psicológico.