El amor es una de esas sensaciones y sentimientos más extraordinarios que las personas podemos disfrutar, y también sufrir porque ¿a quién no le han roto el corazón alguna vez? Ese subidón y bajón de emociones que sentimos, causados por la química del amor, hace que nos planteemos si el amor es una droga.
Efectivamente, el amor genera en el cerebro toda una serie de reacciones químicas que nos hacen sentir bien, pero también pueden hacernos perder la razón. Y, al igual que sucede con las drogas, cuando el amor se rompe, aparecen las consecuencias de esa adicción que a veces son tan fuertes, que pueden desembocar en graves conductas depresivas y obsesivas.
En este artículo de ACM Psicólogos queremos mostrarte la parte científica del amor. Es un concepto que se ha estudiado durante muchísimos años y que gracias al trabajo de Helen Fisher hoy sabemos un poco más sobre qué pasa en el cerebro cuando nos enamoramos y también cuando sufrimos una decepción o experiencias amorosas desagradables, lo cual hace preguntarnos si el amor es una droga.
Las hormonas del amor
El amor libera una serie de hormonas que provocan que cuando nos enamoramos nos sintamos excitados, llenos de energía y tengamos una percepción muy buena de la vida. Esta cascada química, al igual que sucede cuando se consumen drogas durante un periodo largo de tiempo, llega un momento en el que nos habituamos. Es decir, los receptores neuronales se acostumbran a ese exceso químico. Por eso, si la persona quiere sentir lo mismo, tendrá que aumentar la dosis. Y, si no es así, la persona puede empezar a creer que hay una crisis en la pareja porque ya no siente lo mismo.
Estas hormonas que tanto nos influyen y que hacen que el amor sea una droga son:
– Oxitocina
Esta hormona se encarga de forjar lazos permanentes entre los amantes, pero también cumple una función esencial en todas las relaciones sociales y en el apego familiar. En la pareja la oxitocina se libera en pequeñas cantidades con el contacto físico como por ejemplo abrazarse o darse la mano, y en grandes cantidades en el orgasmo. Pero esta hormona no solo se libera cuando la otra persona está presente, sino también ante la expectativa de estar con ella o cuando nos imaginamos hacer algo juntos.
Si decimos que el amor es una droga, es precisamente porque la oxitocina, que es una sustancia segregada por el propio organismo, provoca la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina o la serotonina. Estos neurotransmisores inundan el cerebro de feniletilamina, que es un compuesto químico de la familia de las anfetaminas.
-Serotonina
Es conocida como la hormona de la felicidad, ya que está relacionada con la regulación emocional y el estado de ánimo, con el optimismo, con la sociabilidad y la calma. La liberación de serotonina se relaciona con la percepción de que la otra persona nos respeta y nos presta atención.
-Noradrenalina
Se relaciona con los síntomas de euforia y excitación que suceden al principio de una relación.
-Dopamina
Esta es la sustancia responsable de la sensación de placer y es la razón por la que decimos que el amor es una droga, ya que funciona del mismo modo, modificando el cerebro y causando algo parecido a una dependencia a nivel químico. Este neurotransmisor también es el responsable de que aparezca el mono o abstinencia cuando la relación se acaba, ya que al organismo le lleva un tiempo adecuarse después de tener altos niveles de dopamina.
-Vasopresina
Es conocida como la hormona de la monogamia, y también está presente en el apego entre una madre y su hijo. Esta sustancia se libera como consecuencia de la proximidad y el tacto, y también promueve el vínculo afectivo fuerte.
-Adrenalina (epinefrina)
Es similar a la noradrenalina tanto en la estructura como en su función. Se podría decir que desde el punto de vista funcional no hay diferencias entre ambas, excepto en que la función de la adrenalina es predominantemente fuera del sistema nervioso central, aunque también actúa dentro como neurotransmisor.
Amor o enamoramiento
Solemos utilizar de forma indistinta las palabras “amor” y “enamoramiento”, cuando en realidad se trata de dos conceptos diferentes. El amor es un conjunto de creencias y valores y para ser conservado requiere de un esfuerzo por mantener dicha relación. Por su parte, el enamoramiento es el conjunto de reacciones químicas iniciales que nos proporciona esa felicidad y bienestar propia del inicio de una relación.
No obstante, todo esto no quiere decir que el amor solo exista en un plano bioquímico. En absoluto. La realidad es que hay múltiples factores psicológicos de la persona que median en el amor.
El amor es una droga y mucho más
Además de la oxitocina y del resto de neurotransmisores, hay otras cuestiones que juegan un decisivo papel a la hora de enamorarnos. Los niveles de segregación de estas sustancias dependen también de nuestras creencias, prejuicios, valores, experiencias, expectativas e incluso de las fantasías que tengamos. En este proceso, cuanto más contacto haya, más oxitocina se segrega y más confianza se genera. También las expectativas y la imaginación actúan como formas de contacto.
Esto también explica que cuando las expectativas de la pareja no se cumplen, puede llevar a un estado de frustración. O que cuando hay una ruptura, seguir en contacto con la expareja puede hacer que la persona genere de nuevo conexiones entre las neuronas. Por eso, para superar la ruptura, lo más adecuado es dejar de mantener el contacto con la persona amada, ya que, con la distancia y el paso del tiempo, las conexiones se debilitan.
Como podemos ayudarte en ACM Psicólogos
El amor es una droga muy potente, capaz de motivarnos a recorrer el mundo con tal de estar a solas con la persona amada. Los neuroquímicos de la felicidad nos hacen sentir tan bien al estar enamorados, que el cerebro busca la manera de conseguir más. Queremos ser felices y tener el máximo de neuroquímicos de la felicidad. Pero no importa cuántos neuroquímicos consigamos porque, a la larga, el cerebro se acaba habituando al enamoramiento del mismo modo que tolera a la droga. Así que no hay que culparse si las cosas no están iguales que el primer día con tu pareja.
No obstante, si estos cambios provocan inestabilidad emocional y mala gestión de las conductas, la terapia cognitivo conductual puede ayudar a que este tipo de procesos sean más fácil de entender o de disfrutar, de modo que no se convierta en algo estresante e incómodo, algo que puede ocurrir cuando la dopamina desaparece y surge la obsesión. Esa necesidad de tener a nuestro lado a alguien que nos quiera y que nos ame, aunque no seamos correspondidos, esa dependencia emocional, es también consecuencia de la droga del amor.
Por el contrario, también hay personas que rehúyen del amor, que tienen filofobia o miedo a enamorarse por diversas causas que pueden ser tratadas por tu psicólogo de confianza.
Contacta con ACM Psicólogos y pide ahora tu primera sesión presencial u online. Nuestros psicólogos expertos en terapia cognitivo-conductual y en terapia de pareja podrán ayudarte a gestionar las emociones provocadas por la droga del amor, así como solucionar los posibles problemas en la relación o en la comunicación de pareja.