Estamos viviendo una situación excepcional, inmersos en una pandemia por coronavirus que nos obliga a confinamientos intermitentes y nos trae, además de problemas de salud, también complicaciones económicas y de desempleo, agravados por el alejamiento de nuestros seres queridos.

Si en estas circunstancias has perdido a tu pareja, a un familiar o a un amigo y no has podido ir a cuidarle, ayudarle y despedirle, es normal que sientas mucho dolor, rabia y frustración.

Posiblemente te atormenten diferentes ideas sobre cómo fueron sus últimos momentos, si estaba acompañado de algún sanitario, si sufrió, si pensó en ti… Todos estos pensamientos pueden llenarte de angustia y es necesario aprender a gestionarlos. Conviene que puedas trabajarlos con un profesional para poder exteriorizarlos o, al menos, que puedas hablarlos con quien tú quieras y a tu manera.

Ten en cuenta que, a pesar de lo mal que te puedas sentir en estos momentos, esto no va a ser siempre así. A medida que vayas avanzando por las diferentes fases del duelo, tus sentimientos y emociones irán calmándose. Si observas que pasado un tiempo no avanzas ni ves que tus síntomas mejoran sería necesaria la ayuda de un psicólogo profesional.

¿Qué es el duelo?

El duelo es un proceso por el que las personas pasamos para adaptarnos a la pérdida de un ser querido. En este proceso, las personas realizamos una serie de tareas que nos llevan a la resolución sana del duelo. Aquí no hay atajos, ya que lo habitual es pasar diferentes fases hasta poder completar el duelo.

Pasar por las fases del duelo de forma pasiva no funciona. Para resolver de manera adecuada el proceso de duelo es necesario que tengas una participación activa durante el proceso, algo que requiere un esfuerzo físico y psicológico considerable.

Fases del duelo por coronavirus

Como hemos dicho, el duelo es un proceso natural por el que atravesamos diferentes sentimientos y fases. Cada persona lo vive a su manera, y no siempre se atraviesan todas las fases para poder aceptar la pérdida y recolocar a la persona fallecida en el lugar adecuado de nuestra mente.

1-Negación

Seguramente, ante la primera noticia del fallecimiento de esa persona tan querida, hayas pensado que no es verdad, que se han equivocado y ha habido un error. Si además no has podido acudir al hospital a verle y a despedirte de él, esta emoción de negación es más acentuada porque parece que simplemente esta persona ha desaparecido de un día para otro.

2-Ira

Cuando por fin llegas a entender que la pérdida de esa persona es real y que ya no vas a poder verla más, pasas a la segunda fase del duelo en la que aparece la ira. En esta etapa es posible que sientas incomprensión y envidia de aquellas personas que se han salvado, que no han enfermado y siguen viviendo ajenos a la pérdida de una persona tan importante en sus vidas. Posiblemente te preguntes “¿por qué me ha pasado esto a mí?” “¿por qué no le ha pasado esto a Fulanito?”. Sientes rabia porque crees que lo que ha sucedido es una injusticia.

3-Culpa

Si ya has pasado la etapa de enfados e ira, llega el momento de buscar a los culpables de lo ocurrido. Primero pensarás que es culpa de la situación es de aquellas personas que pudieron contagiarle de coronavirus, si los médicos no hicieron su trabajo, etc. Pero enseguida esas culpas recaerán sobre ti mismo pensando en que no hiciste todo lo posible para evitar su muerte. Te sientes culpable, tienes pesadillas y esto te causa un enorme dolor.

4-Depresión

Poco a poco empiezas a ser consciente de que la pérdida de esa persona es real. Posiblemente ya ha pasado cierto tiempo desde que la persona falleció y te estás haciendo a la idea de que ya no vas a volver a verla. Es la realidad, así de dura, la que te hace entender que las cosas de ahora en adelante son así.

A estas alturas del duelo, es posible que te cueste recordar cómo era la persona, cómo era su voz y aunque cierres los ojos, te cuesta visualizarla.

Ahora ya empiezas a estar preparado para pensar en el futuro, en hacer planes sin esa persona, aunque posiblemente te sientas aún muy perdido.

5-Aceptación

Llegamos a la última etapa del duelo. Ahora ya aceptas la realidad, ya sabes que la persona no va a regresar y que tú tienes que seguir adelante tratando de rehacer tu vida y tomando tus decisiones. Todavía no te sientes feliz ni animado, pero tampoco deprimido. Es una fase tranquila en la que aprendes a convivir con su ausencia.

Un duelo atípico en tiempos de coronavirus

El duelo en tiempos de coronavirus es un duelo atípico. Muchas personas se encuentran con dificultades para evolucionar con las fases del duelo, y esto también te puede estar pasando a ti.

Es posible que no puedas cerrar el ciclo porque te cuesta ser consciente de la pérdida, de la ausencia, ya que no has podido despedirte ni acompañar a la persona durante su enfermedad en el hospital o incluso en el entierro debido a los confinamientos, la restricción de aforos o la imposibilidad de realizar desplazamientos.

Sin acompañamiento, sin entierro, sin despedida ni funeral… con un duelo tan atípico, puede que además del dolor, se te hayan despertado las mayores angustias.

Sin embargo, y a pesar de todas las complicaciones para sobrellevar un duelo en tiempos de coronavirus, tu postura activa te puede ayudar a manejar el dolor que sientes.

Hablamos de tareas que requieren un cierto esfuerzo, pero que merecen la pena porque te ayudarán a abrir tus emociones y entender qué es lo que sientes, sin juzgarte ni luchar contra ellas. Así, poco a poco podrás asumir la pérdida, recolocar a esa persona tan querida en tu vida y continuar avanzando.

Pautas para compensar la ausencia de despedidas

No hay recetas que permitan aliviar el dolor, pero existen algunos recursos que te pueden ayudar a vivir el duelo en tiempos de coronavirus de forma consciente y permitirte superar las distintas etapas, evitando complicaciones de un duelo patológico.

Se trata de una serie de ejercicios que te ayudarán a solucionar simbólicamente la despedida de la persona difunta:

-Simular el ritual del tanatorio.

La despedida es esencial para asimilar la ausencia. Por eso, si no ha sido posible ver a la persona, ir al tanatorio y tener el último momento de despedida, puedes simular el ritual del tanatorio con una foto de la persona de la que te despidas como lo hubieras hecho en circunstancias normales.

-Escribir una carta de despedida.

Otra opción para compensar la imposibilidad de dar un último adiós, es que intentes escribir una carta para despedirte de esa persona en donde puedas expresar tus sentimiento y también le puedas reprochar alguna cuestión. Hay que evitar la idealización y ser lo más real posible.

-Cultivar los recuerdos.

Puedes crear un álbum con las fotos más significativas de la vida de la persona fallecida, fotos compartidas contigo que simbolicen vuestro amor o vuestra amistad. El resto de fotos guárdalas e intenta que no estén a la vista.

-La silla vacía.

Este es un ejercicio que consiste en visualizar e imaginar que en una silla vacía está la persona que ha fallecido. Es el momento en el que debes contarle cómo te sientes intentando establecer un diálogo con la persona ausente. Despídete de esa persona por última vez y transmítele todas aquellas cosas que querrías haberle contado en vuestra última conversación.

Tu duelo es tuyo

Por mucho que los demás te quieran ayudar, el duelo es algo personal que tendrás que pasar a tu manera. Para que todo este proceso sea más rápido y efectivo conviene:

  • Cuídate a ti mismo. A pesar de que te sientes mal y profundamente triste, debes cuidarte para que poco a poco te vayas encontrando mejor y puedas ir resolviendo el proceso de duelo. En este aspecto conviene que practiques deporte, te rodees de familiares y amigos que te den ese apoyo tan esencial.
  • Utiliza las técnicas de visualización que hemos comentado: habla con la persona fallecida, visualiza que le abrazas, que os despedís… También puedes realizar visualizaciones relajantes: al pensar en paisajes o momentos que te ayudan a relajarte.
  • Identifica tus sentimientos: Todo se te hace cuesta arriba y sientes que la situación se desborda. Puede que esta sea una situación novedosa, por lo que es importante que aprendas a identificar tus sentimientos y miedos y que aprendas a percibir la nueva realidad como un aspecto más de tu vida al que debes habituarte.
  • Tómate tu tiempo. Cada persona lleva su ritmo para atravesar las fases del duelo. Lo importante es que vayas avanzando, aunque sea lentamente.
  • No te automediques. Si necesitas fármacos para controlar tu estado de ánimo y el sueño, hazlo siempre bajo supervisión médica.
  • No tomes decisiones importantes durante el periodo de duelo. Una buena decisión debe ser racional, pero en este momento las emociones te invaden y no son buenas consejeras.

Duelo por coronavirus

¿Cómo crecer a través del duelo?

Al normalizar la experiencia de la muerte verás cómo se reducen tus niveles de ansiedad y te sentirás capaz de afrontar esta situación mejorando también tu autoestima.

El duelo terminará cuando seas capaz de pensar en esa persona sin dolor, sin manifestaciones físicas (opresión en el pecho, llanto intenso) y puedas volver a sentir emociones en la vida con los demás.

El duelo en tiempos de coronavirus es un proceso difícil para el que necesitarás contar con la ayuda de tus familiares y amigos que te quieren. No obstante, también puedes contar con el apoyo y guía profesional de ACM Psicólogos. Muchos de nuestros pacientes han pasado por el duelo, y ahora son capaces de disfrutar intensamente de la vida. Este es también nuestro reto contigo. Te invitamos a que nos visites o contactes con nuestros psicólogos online para atenderte cuando lo necesites, estés donde estés.

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