El trabajo, además de ser un medio de vida, es también una forma importante de desarrollo y realización profesional para muchas personas que sienten pasión y disfrutan con su trabajo. Sin embargo, otras personas se relacionan con su actividad profesional de forma obsesiva porque sienten la obligación de trabajar sin descanso, incluso en momentos en los que no deberían, convirtiendo su actividad laboral en su prioridad absoluta, por encima de su vida personal. Hablamos entonces de adicción al trabajo.
Si eres de las personas que anteponen el trabajo a su vida y sacrificas tus horas de ocio por culpa de interminables jornadas laborales, te interesa conocer si tienes adicción al trabajo. En este artículo, que hemos preparado desde ACM Psicólogos, también vamos a facilitarte las 7 claves imprescindibles para combatir este problema y devolverte una vida plena y una relación armoniosa con tu trabajo.
La adicción al trabajo, que también se conoce con el término anglosajón workaholics, se caracteriza por una necesidad excesiva e incontrolable de trabajar de forma constante, casi sin descanso. Aunque no exista la obligación implícita de quedarse más tiempo fuera del horario laboral, la persona excede su tiempo porque se siente mal si no lo hace.
A su vez, la persona que tiene adicción al trabajo no sabe decir que “no” y va asumiendo cada vez más tareas, lo cual le deja sin tiempo suficiente para otras actividades personales, convirtiendo el trabajo en una prioridad absoluta.
Son muchas y muy variadas las causas que pueden provocar que se desarrolle la adicción al trabajo:
Puede que la persona tenga una ambición excesiva por el dinero o por el poder, por conseguir artículos de gama alta, como conducir un coche caro, vestir ropa de marca… Esto hace que la persona vea que la única manera de conseguirlo sea trabajando más y más.
También es posible que la persona afectada tenga problemas económicos y necesite el dinero a toda costa, o que exista una alta competitividad en el trabajo y tema quedarse atrás con respecto a sus compañeros, lo que pondría en peligro su estabilidad laboral.
Otras personas tienen adicción al trabajo debido a sus problemas familiares. Muchos encuentran refugio en su trabajo por lo que exceden sus horas en la oficina para evitar llegar a casa, escapando así de sus problemas personales.
También los problemas de autoestima son causa de la adicción al trabajo. Son muchos los trabajadores que sienten que su autoestima se incrementa cuando se sienten útiles e imprescindibles al realizar varias tareas. En definitiva, el trabajo les hace sentir mejor y por eso asumen tantas actividades y les dedican muchas horas.
Es muy común que las personas con adicción al trabajo hayan tenido una educación desde la infancia en la que solo se premiaba o se valoraba cuando se hacían las cosas bien. Esto implicaba que de niños empleasen mucho tiempo en tareas de responsabilidad, infravalorando aquellas otras tareas relacionadas con las necesidades del niño y con el disfrute.
Estos valores enseñados y transmitidos desde pequeños hacen que las personas no sepan darse un respiro ni a penas descansar, no sepan darse disfrutes y solo piensen en trabajar.
Aunque no está comprobado científicamente, se cree que hay personas que están acostumbradas a un nivel de estrés muy alto en su vida porque les producen mucha adrenalina. Por eso, al reducir ese estrés durante un tiempo de ocio y de tranquilidad, puede ser que su cuerpo eche en falta esa adrenalina y haga que lo busque volviendo al trabajo.
También influye en la aparición de la adicción al trabajo el hecho de no ser capaz de organizar bien las actividades, lo cual provoca que haya una acumulación y saturación de tareas. Es posible que la persona no sepa delegar las tareas o decir “no” ante las demandas del jefe, compañeros o clientes.
Este manejo ineducado de los retos, en vez de suponer una forma de crecer, lo que sucede es que llevan al trabajador a meterse en una espiral de trabajo de la que no sabe cómo salir.
Suele ser muy difícil que la persona que lo padece, lo reconozca fácilmente, lo cual suele pasar con casi todas las adicciones. Pero aquí te mostramos algunas de las señales que te pueden ayudar a identificar este problema y ponerte en alerta:
La adicción al trabajo supone consecuencias muy negativas sobre nuestra propia salud, felicidad y relaciones personales. Cuanto mayor es el impulso por trabajar, más problemas emocionales y conflictos familiares aparecen. Por eso, cuando la adicción al trabajo ya es un hecho, es imprescindible llevar a cabo una terapia psicológica.
El tratamiento psicológico que se muestra más eficaz para abordar este problema es la terapia cognitiva-conductual. Este tipo de terapia te pude ayudar a gestionar y obtener un mayor autocontrol en el trabajo. Además, tu psicólogo te enseñará a ocupar tus tiempos fuera del trabajo y a que puedas disfrutar de ellos con plenitud.
También, con este tipo de terapias, los psicólogos te podemos ayudar a entrenarte en aquellos déficits que puedan suponer el origen del problema. Así, por ejemplo, si no sabes delegar tareas o decir que “no”, te enseñaremos técnicas y habilidades para mostrar una conducta asertiva.
En general, para tratar la adicción al trabajo pondremos en prácticas estas 7 claves:
Tendrás que definir un horario en el tienes que dejar de trabajar para hacer otra actividad que esté planificada y no tenga que ver con tu trabajo.
En el horario diario, tendrás que organizar a partir de una hora determinada actividades de disfrute, cada día una cosa: deporte, quedadas con amigos, lectura, … Tendrás que buscar y encontrar opciones de disfrute.
Puesto que, además de trabajar, se te puede estar amontonando el trabajo, no sabes decir que no a tu jefe, crees que todo es importante, todo es urgente y trabajas hasta altas horas de la noche… tendrás que priorizar qué es urgente e importante y qué no lo es. Es esencial que hagas una lista de tareas y priorices las actividades y trabajos. Así, cuando se acaba la hora de trabajo, lo que no has podido hacer, se queda para el día siguiente. De este modo te evitas que aquello que era tan importante se quede sin hacer o te obligue a quedarte más tiempo. Lo haces lo primero y listo.
Y si a media mañana te llegan nuevas tareas, harás lo mismo: incorporarlas a la lista en el orden adecuado según su prioridad.
Si no sabes decir que no ni eres capaz de expresar tus deseos, conviene que aprendas a ser asertivo, a dar alternativas, a decir lo que sientes sin dañar a los demás. Se trata de una serie de habilidades sociales y herramientas que los psicólogos damos en consulta para comunicar, saber negociar y poner límites a las peticiones de otros (del jefe, de los compañeros, etc.).
Para manejar la adicción al trabajo, también es imprescindible que aprendas a gestionar el estrés. Los psicólogos podemos enseñarte a hacerlo mediante ejercicios de respiración, relajación muscular, pero también puedes hacerlo mediante el deporte, el baile, etc.
Durante la terapia, ayudamos a las personas con adicción al trabajo a cambiar ciertas ideas y pensamientos que no se corresponden con la realidad, como “voy a perder el trabajo”, “no me van a valorar”. Si el trabajo que haces es bueno y en la oficina valoran tu profesionalidad, debes quedarte con los comentarios positivos y entender que, aunque no hagas horas extra, si sigues haciendo tu trabajo bien, no vas a tener repercusiones. Se trata de poder contrastar estos pensamientos irracionales con la realidad.
Con la terapia EMDR los psicólogos trabajamos esas creencias y valores que te enseñaron desde niño por las que piensas erróneamente que “solo soy válido si produzco”, “no soy capaz y me tengo que esforzar el doble”, … se trata de combatir toda esa inseguridad de base que ha podido instaurarse desde la etapa infantil.
En ACM Psicólogos podemos ayudarte a afrontar tu adición al trabajo y a que sepas cómo intentar crecer profesionalmente sin dejar de lado otros aspectos que te hacen crecer personalmente.
Si no estás seguro de necesitar terapia psicológica, pero quieres consultar tus dudas respecto a la adicción al trabajo de forma puntual, en ACM Psicólogos puedes acceder a una única consulta psicológica.
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