Autoestima
La autoestima o, mejor dicho, la baja autoestima es uno de los principales motivos de consulta psicológica. Esa percepción negativa que se tiene sobre uno mismo es un factor que puede limitar, y mucho, nuestra vida diaria. ¿Por qué? Porque puede llevarnos a una vida frustrante y con bajas expectativas.
Pero es curioso que, a pesar de que las personas sabemos lo que es la autoestima, la mayoría de los pacientes que sufren problemas de autoestima no saben identificarlos y llegan a la consulta por otros problemas psicológicos como la ansiedad, la depresión, estrés, etc.
La autoestima es el conjunto de creencias, emociones, percepciones y pensamientos que tenemos sobre nosotros mismo. Esa valoración que realizamos la basamos en nuestras propias experiencias, en nuestros éxitos y fracasos, en los mensajes que recibimos de los demás (si nos halagan o rechazan), en la cultura de nuestro entorno cultural (belleza, competitividad, et.), en la educación familiar (sobreprotección, permisividad, alta exigencia, muestras de afecto… ) Así es como vamos aprendiendo a relacionarnos con el mundo y vamos creando una idea, una imagen de nosotros mismos.
De este modo es como construimos nuestra autoestima y valoramos nuestras propias capacidades e incapacidades, si somos habilidosos o torpes, si somos resolutivos o incapaces, tranquilos o nerviosos, valientes o cobardes, etc.
Puesto que nuestra autoestima se construye con las experiencias que vamos viviendo, entendemos que no es algo inamovible y que se puede modificar dependiendo de nuestras vivencias.
Pero, además, la autoestima es diferente según las distintas áreas de nuestras vidas: laboral, personal, social, académica, etc. Es decir, podemos sentirnos muy competentes y bien valorados en nuestro trabajo, pero, en cambio, sentirnos muy poco hábiles en las relaciones con los demás, o dentro de nuestra familia.
Las personas con baja autoestima suelen sentirse inseguras en aquellas áreas en las que se valora negativamente, que pueden ser a nivel social, laboral, personal, físico, etc. Es tal su inseguridad que suelen necesitar la aprobación de los demás para ganar confianza, ya que no se fían de su propio criterio y creen que se van a equivocar.
Son personas que se plantean cuestiones como “No sé hacer nada bien”, “Nunca conseguiré el trabajo que quiero”, “Tengo miedo de no gustarle”, etc.
Además, suele aparecer un sentimiento de inferioridad al compararse o relacionarse con los demás. Por lo que, esto dificulta las relaciones interpersonales.
La duda, el temor sobre lo que los demás piensan, el miedo al rechazo, al abandono o a ser ridiculizado son sentimientos de inferioridad que afloran cuando tenemos una valoración negativa de nuestra persona.
También aparecen los complejos por falta de talento para hacer algo considerado importante para uno mismo. De este modo, no solo aparece la tristeza por no llegar a las metas que queremos, sino que, además, sentimos que desaprovechamos el tiempo con algo que nunca podrá ser.
Tener una una baja autoestima puede traer como consecuencia una gran cantidad de problemas. Los más habituales son:
1-Dificultad para poder relacionarnos con los demás y expresar nuestros sentimientos.
El temor a no sentirnos aceptados dificulta las relaciones con los demás. Muchas personas que tienen baja autoestima también tienen dificultades para poder comunicar lo que sienten y lo que opinan. En definitiva, les da vergüenza expresarse.
2-Tristeza y depresión.
Tener baja autoestima nos predispone a sufrir depresión. El hecho de no gustarnos ni aceptarnos a nosotros mismos por ese miedo constante a que los demás no nos acepten como somos, nos genera sufrimiento y tristeza.
3- Dificultades para aprender.
Esto sucede sobre todo en los niños. Un niño con baja autoestima puede creer que no es capaz de aprender, puede bloquearse y hasta negarse a aprender por miedo a fracasar.
4-Problemas para alcanzar nuestros objetivos.
Si no hay confianza en nosotros mismos, apenas tendremos aspiraciones de futuro. De nuevo, el miedo al fracaso y esa constante sensación de no ser capaz de hacer algo pueden llevarnos a un sentimiento frustrante por no lograr aquellas metas que nos habíamos propuesto o, incluso, a que ni siquiera lo intentemos. La apatía y desinterés es muy frecuente entre las personas con baja autoestima.
5-Problemas de personalidad.
La baja autoestima puede hacer que escondamos nuestra verdadera personalidad y nuestros sentimientos por vergüenza o por miedo a ser rechazados. Esta situación se da sobre todo en los niños y adolescentes, que pueden llegar a imitar a los demás para poder ser aceptados en su grupo de amigos o de compañeros.
6-Trastornos de alimentación.
La baja autoestima también puede derivar en problemas de alimentación. La necesidad de ser aceptados y de agradar a los demás puede ser tan fuerte que muchas personas pueden creer que necesitan estar más delgadas o hacerse retoques y cambios estéticos para conseguir que los demás les acepten o incluso les quieran.
7- Trastornos de ansiedad.
Como ya hemos comentado, ese miedo y presión por ser aceptado y gustar a los demás de las personas con baja autoestima conlleva estados de ansiedad.
8-Problemas de maltrato físico y psicológico.
El miedo a enfrentarse a las personas, a imponerse, a ser rechazada y sentirse sola puede hacer que la persona con baja autoestima sea objeto de maltrato por parte de los compañeros del colegio, del trabajo o incluso de la pareja. Además, es común que perdonen de forma precoz el maltrato con tal de que el otro las valore positivamente.
9-Dependencia económica, laboral y emocional.
Algunas personas con baja autoestima pueden creer que no son capaces de lograr nada por sí mismas y se vuelven dependientes de otra persona que le aporte la seguridad que está buscando.
A pesar de que la autoestima se construye en un primer momento a partir de la visión que tienen nuestros progenitores sobre nosotros, y a partir de sus mensajes: tanto elogios como críticas. Siempre es buen momento para empezar a trabajar en mejorar la autoestima.
Puesto que la autoestima cambia con las vivencias y experiencias, siempre es adecuado seguir fortaleciendo nuestra autoestima para que nuestra autovaloración sea fuerte y segura para así poder relacionarnos mejor con los demás, pero sobre todo con nosotros mismos.
Podemos optar por vivir sumergidos en los miedos, corazas e indecisiones; o por el contrario aprender a ser más seguros y competentes. A fin de cuentas, no hay nada más devastador que dejar de querernos y de tratarnos a nosotros mismos con el máximo respeto.
Para mejorar esa autoestima conviene:
1-Mejorar la comunicación
Es esencial tratarnos y hablarnos bien. Pero también poder expresar nuestras emociones y pensamientos, defendiendo nuestros derechos y necesidades, sin dejarnos manipular.
2-No creerse los menosprecios de los demás
La crueldad de los demás no puede hacernos pensar que nosotros no valemos. Muchas víctimas de bulling o maltrato llegan a creerse merecedores de lo que les ocurre.
3-Hablarnos en positivo.
Como estamos viendo, el lenguaje es un potente instrumento para construir una buena autoestima. Depende de cómo lo usemos hacia nosotros mismos para que nos ayude a mejorar nuestra autoestima (autocuidado cognitivo).; o por el contario nos dificulte una buena percepción de nosotros mismos.
4-Manejar bien las emociones
Las emociones nos dan información sobre cómo actuar sobre el entorno. Por lo que, sirven como una señal de aviso de que algo está pasando. Las emociones nos ayudan a adaptarnos a los cambios de la vida y a poder pedir apoyo o atención del entorno.
Saber manejar las emociones es esencial para mejorar nuestra autoestima. Es fundamental saber identificarlas, nombrarlas, aceptarlas para poder actuar en la dirección adecuada.
5-Enfrentarse a los miedos
Los miedos son aprendidos. Por lo tanto, podemos aprender nuevas formas de enfrentarlos, superarlos para así alcanzar nuestros objetivos y metas. Y esto a su vez, aumenta nuestra satisfacción y bienestar. Es decir, superar nuestros miedos nos ayuda a mejorar nuestra autoestima, nos genera sensaciones muy gratificantes como son la autosuficiencia, valentía, valor y crecimiento.
6-Cuidar nuestra imagen corporal
Cuidarnos y cuidar nuestra imagen corporal es también importante si queremos sentirnos bien, alegres, confiados, satisfechos. Pero tenemos también que aprender que nuestra imagen corporal no tiene porqué corresponder con la establecida socialmente.
Lo importante es sentirse bien con uno mismo porque esa forma en cómo nos relacionemos con nuestro cuerpo influye en cómo los demás nos perciban y actúan con nosotros.
7-Aprender a aceptarnos a nosotros mismos
Otra estrategia, quizás sea la más importante, es la aceptación. Aceptar lo que tenemos, nuestras capacidades, comprender lo que tenemos y cuáles son nuestros puntos fuertes y también débiles. En definitiva, aceptar la realidad para aprender a utilizar mejor nuestros recursos y poder mantener una autoestima fuerte y una imagen personal que nos defina y nos sintamos coherentes y satisfechos.
Para ello también debemos aprender a no juzgarnos con dureza sobre las decisiones que hemos tomado en el pasado y aprender a defender nuestros derechos y poner límites.
Ahora ya conoces cuáles son los principales problemas derivados de la baja autoestima. Por eso todos podemos y debemos trabajar para mejorarla de forma que nos permita y nos ayude a afrontar las situaciones de nuestro día a día. Trabajar la autoestima no es una tarea sencilla y en ocasiones puede que necesitemos ayuda, pero siempre será un proceso de aprendizaje satisfactorio y beneficioso, del cual vamos a salir fortalecidos.
En ACM Psicólogos Madrid podemos ayudarte a construir una percepción de ti mismo mucho más fuerte y valiosa.