¿Eres una persona que asume todas las responsabilidades de la relación? ¿Tu vida se centra en satisfacer a las personas que crees que están a tu cargo? ¿Antepones los deseos de los demás a tus propias necesidades? Si tus respuestas son afirmativas, posiblemente estamos ante el llamado síndrome de Wendy.
En este artículo de ACM Psicólogos queremos explicarte de qué se trata este síndrome de Wendy y qué podemos hacer para dejar de lado estas actitudes tóxicas.
¿Qué es el síndrome de Wendy?
¿Recuerdas quién era Wendy? Este es el nombre de la niña que en el cuento de Peter Pan cuidaba tanto a él como a sus hermanos pequeños y a los niños perdidos del País de Nunca Jamás. Pues bien, esta actitud excesiva en el cuidado de los demás, de querer buscar la satisfacción de la pareja o de los hijos dejando de lado la propia felicidad, es lo que se conoce en psicología como el síndrome de Wendy.
Este síndrome fue definido por Dan Kiley, quien también definió el síndrome de Peter Pan, ya que ambos están muy relacionados. De hecho, las personas con el síndrome de Peter Pan tienen tendencia a delegar sus responsabilidades adultas a los demás para actuar como niños. Por eso, cerca de una persona con síndrome de Peter Pan suele estar otra con síndrome de Wendy, que se encarga de hacer todo aquello que el otro no quiere.
No obstante, es importante señalar que el síndrome de Wendy no tiene entidad clínica reconocida, es decir, no es una enfermedad o patología mental. Normalmente suelen identificarse con este síndrome las mujeres, especialmente las que han sido educadas para estar en un segundo plano en vez de ser protagonistas de sus propias vidas. Han sido primero “hijas de”, luego “esposas de” y posteriormente “madres de”.
Consecuencias del síndrome de Wendy
Cuando en una pareja o en una relación se dan los síndromes de Wendy y Peter Pan, una parte se olvida de sí misma para intentar complacer a la otra persona mientras que esa persona, de forma egoísta, se aprovecha de la situación.
Además, hay que entender que la persona que tiene síndrome de Wendy, suele realizar las cosas por los demás porque tiene una forma distorsionada de pedir cariño y aceptación. Digamos que la persona quiere volverse imprescindible para el otro y cree, erróneamente, que “necesitar” a alguien es lo mismo que “querer” a alguien.
La mayoría de las personas que adquieren este rol, lo hacen porque tienen miedo al abandono y al rechazo, aunque también afectan otros aspectos sociales y culturales, así como la educación recibida.
Las 10 señales para identificar el síndrome de Wendy
Existe una serie de características en cuanto a la forma de pensar y de actuar que, llevadas al extremo, nos pueden llevar a pensar que se trata del síndrome de Wendy:
1-Necesidad de cuidar y proteger a los demás
La persona asume una figura maternal, incluso con su pareja, y tiene una necesidad imperiosa de satisfacer al otro, de darlo todo, olvidándose de sí misma.
2-Falta de identidad propia
Es común que en este tipo de personalidades falta un carácter que identifique a la persona, por lo que no suelen respetar sus propios límites.
3-Inseguridad
La persona se siente insegura y necesita la continua aprobación de los demás. Más aún, la aprobación de su pareja, hijos y personas por las que continuamente está velando y cuidando.
4-Baja autoestima
La baja autoestima es otra de las características esenciales de la persona con síndrome de Wendy. Puesto que la persona no se valora como es debido, busca a los demás para reafirmar su autoestima, lo cual puede derivar en actitudes tóxicas.
5-Se siente imprescindible
Este tipo de personas siente que debe hacer ella misma todas las cosas para que todo salga bien. Es por eso que suele asumir responsabilidades que no les corresponden y se adjudica el rol de madre con su pareja.
6- Perfeccionismo extremo
Puesto que se cree imprescindible, la persona con síndrome de Wendy busca la perfección en todo lo que hace, ya que cree que esta es la manera de mantener el bienestar y la felicidad de los demás. En caso de no conseguir hacer las cosas bien, se siente culpable, aunque no dependa exclusivamente de ella.
7-El amor como un sacrificio
Como hemos comentado, las personas con síndrome de Wendy creen que su deber es darlo todo para cuidar a la pareja, dejando de lado sus propias necesidades. Esto quiere decir que se resignan a estar cansadas, a sufrir malestar general y un desgaste emocional constante. Lo peor de todo es que no se plantean hablarlo con la otra persona porque quieren evitar cualquier posible conflicto. Así que eligen dejar de buscar su propia felicidad.
8-Negación de la realidad
Cuando una persona sufre del síndrome de Wendy y tiene a su lado a una pareja con el de Peter Pan, ambos suelen negar la realidad. Por el contrario, tratan de justificar que su comportamiento es normal, incluso cuando no sea posible justificarlo.
9-Sentimiento de culpa y de frustración
Al asumir tantas responsabilidades, cuando la persona no llega o no le salen las cosas tan perfectas como quiere, se siente culpable, incluso sin serlo. Por el contrario, si su pareja tiene el síndrome de Peter Pan, no tendrá ningún remordimiento ni se sentirá culpable por sobrecargar a su pareja con sus propias responsabilidades.
10-Ansiedad
La ansiedad es una de las consecuencias más visibles cuando existe una Wendy y un Peter Pan. Es completamente normal que la persona que lo padece acabe teniendo un alto nivel de ansiedad debido a la sobrecarga de trabajo y responsabilidades que tiene encima. También la frustración es muy común en este tipo de trastornos.
¿Cómo podemos ayudarte a reducir esta actitud tóxica desde ACM Psicólogos?
Las consecuencias para una persona que sufre el síndrome de Wendy parecen claras: agotamiento, ansiedad, falta de autoestima…
Con ayuda de un psicólogo profesional podemos ayudarte a ser más conscientes de cómo te sientes y de ser capaz de reconocerlo, de poder tomar consciencia de que, si alguien ha de quererte, que sea por lo que eres y no por lo que haces.
Gracias a la terapia cognitivo-conductual podemos ayudarte a:
- Aumentar tu crecimiento personal. Podemos potenciar tus habilidades y fortalezas para aumentar la autoestima. Trabajaremos la independencia y reduciremos la necesidad continua de aprobación por parte de los demás.
- Superar el miedo al rechazo y la soledad. Esto nos ayudará a distinguir situaciones y acostumbrarte a mirar por ti mismo y por tus necesidades en primer lugar.
- Actitud positiva. Conseguiremos que tengas una actitud más positiva, sobre todo hacia ti misma. Recuerda que, para poder ayudar a los demás de una manera sana y productiva, es esencial tener una actitud positiva y de cuidado hacia nosotros mismos primero.
- Aprender habilidades. Además, te enseñaremos las habilidades de inteligencia emocional para que puedas lidiar con las demandas de tu alrededor.
También podemos actuar mediante la terapia EMDR, trabajando hechos específicos del pasado que te predispongan a tener esa actitud de excesiva responsabilidad con los demás.
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